La mayoría de las plantas requieren una temperatura moderada que ronda los 10 - 20 ° C, aunque pueden soportar temperaturas más altas, especialmente en verano, cuando las condiciones de crecimiento son óptimas.
Pero debemos prestar una atención especial a este tema, porque en la misma casa no en todos los lugares hay la misma temperatura. Por ejemplo, no hace el mismo calor en un mueble cerca de la tele o de otra fuente de calor (aunque sea débil), que cerca de la ventana o incluso colgada. Por tanto, debemos medir bien la temperatura del lugar exacto.
En ocasiones, las fuentes de calor como los radiadores, se encuentran debajo de las ventanas resecando aún más el ambiente. Si queremos que nuestra planta tenga el grado de humedad necesaria, será apropiado colocar la planta sobre un lecho de grava con agua (prestando mucha atención a que las raíces no se sumerjan en el agua, pues se pudrirán) o utilizando la técnica de la pulverización (mojar a la planta con una ligera llovizna de agua que moja superficialmente a la planta, pero sin llegar al compuesto).
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