Como todos los seres vivos, las plantas necesitan alimento. Al alimento de las plantas se le suele llamar abono. Incluso si el compuesto es suficientemente rico al principio, deberemos fertilizar la planta un mes después de un trasplante, porque la planta acabará por absorber todos los elementos nutritivos del mantillo.
La fertilización se efectúa durante el período activo de crecimiento. Es decir, en verano. Generalmente de marzo a septiembre. Es posible aplicar abonos solubles una vez al mes para las plantas de crecimiento rápido y cada dos meses para las demás.
Sobre todos los paquetes de abono vendrá la dosis indicada o recomendada que deberemos utilizar. No sobrepases esas medida nunca. Las consecuencias pueden ser fatales. En este caso, como con el riego, es preferible quedarse corto a pasarse.
En general es preferible esperar al menos un mes antes de fertilizar una planta que acaba de ser trasplantada o comprada, ya que la tierra contiene ya elementos nutritivos suficientes.
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